la vida tiene muchos
bordes irregulares,
bordes que nos atraen,
como el principio sobre
un cañón, que nos llaman
y que nos repelen, como
la afilada tapa de una lata
metálica abierta. existe
una tensión entre querer
ver el borde, sentirlo,
pasar las manos por él, y
el deseo de retirarse
hacia la seguridad y la
comodidad. nos
mostramos indecisos y
dubitativos. nos
sentamos y
consideramos lo que
vamos a hacer a
continuación.
podemos apartar la
vista del borde y
actuar como si no
estuviera ahí,
pero sólo podemos hacer
eso durante un corto período
de tiempo, porque al
final siempre tenemos
que tomar una decisión.
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